Biblia Cinematográfica

Debo reconocer que este mes he tenido medio botado este blog. Y las razones son muchas; trabajo en Stgo, paseos al interior, observaciones periódicas a la cartelera que ofrece el televisor y leer, ya sea la revista Mujer, Wikén, la del Sábado y algunos libros por ahí.
Esto me ha ayudado a revisar una de mis películas favoritas de todo el universo, El Club de La Pelea; con muchas otros films me quedo pegado un par de días, pero con ésta, simplemente rayo la papa.
Yo creo que cada uno de nosotros tiene en su interior un Tyler Dunden (Brat Pitt) que observa como nuestras vidas se estan volviendo aburridas, no diría aburrida, sino más bien como estamos siendo absorbidos por la rutina diaria, que nos impersonaliza y nos vuleve consumidores, como señala Dunden cuando comienza su "relación" con el personaje de Norton, en la mesa de un bar.
Lamentablemente, en verdad no sé si lamentablemente, percibo que la sociedad se esta volviendo caldo de cultivo para que afloren nuevos Tyler Dunden, lo que yo veo cómo bueno, el punto es hacia donde dirigimos esa furia hacia el "sistema" (por ponerle un nombre), esto es hacia donde canalizamos esa sed de hacer cambiar las cosas, si es una vuelta a las raíces del hombre (civilizado me refiero) marcada con la relación con los demás, de un cariz afectivo, donde uno es un amigo, un vecino, un prójimo y no un cliente o un empleador o simplemente un desconocido.
Ya, paro de dar la lata, no es tiempo para empezar análisis profundos de la inmortalidad del cangrejo, pero al ver El Club de La Pelea el otro día, empecé a notar que estaba comenzando el camino para convertirme en el personaje de Edward Norton. Aparte el final de la película, con los edificios derrumbándose, Marla y "Tyler bueno" (Norton) de la mano, con Pixies de fondo, es la raja.
Where is my mind resume el contenido de la cinta, el alma de la película.
Con tus pies en el aire y tu cabeza en el suelo..............